La Alhambra es el gran libro que escribieron los últimos Reyes de al-Andalus.
Todas su estancias, todas sus paredes e incluso sus fuentes, nos hablan.
Soy corona en la frente de mi puerta:
envidia al Occidente en mí el Oriente.
Al-Gani billah mándame que aprisa
paso dé a la victoria apenas llame.
Siempre estoy esperando ver el rostro
del rey, alba que muestra el horizonte.
¡A sus obras Dios haga tan hermosas
como son su temple y su figura!
Se alzan en la Alhambra alcázares que sonríen mostrando la blancura de sus almenas y el brillo del rico ornato de sus cúpulas doradas.
Vienen a ella, traídos de sus ríos que nacen en la altura, caudales de agua que azules mares parecen.
Resuenan en sus alminares la llamada de los almuédanos, y al amanecer, el tierno acento de las tórtolas y los cantos de bellas jóvenes que al alba se levantan, hermosas como lunas en plenilunio.
Ibn al-Jatib
tr. Emilio de Santiago Simón.
Detente en la explanada de la Sabīka y mira a tu alrededor:
la ciudad es una desposada (‘aqīla) cuyo marido es el monte
Está ceñida por el cinturón del río, y las flores
sonríen como alhajas en su garganta (...).
Mira las arboledas rodeadas por los arroyos:
son como invitados a quienes escancian las acequias (...).
La Sabīka es una corona sobre la frente de Granada,
en la que querrían incrustarse los astros.
Y la Alhambra –¡Dios vele por ella!–
es un rubí en lo alto de esa corona..
Ibn Zamrak
tr. de García Gómez, aunque sustituyó «dama» por «desposada»
[Granada] es una desposada (‘aqīla) cuya corona es la Sabīka
y cuyas alhajas y vestiduras son las flores...
Su trono es el Generalife,
su espejo la faz de los estanques,
sus arracadas los aljófares de la escarcha.
Ibn Zamrak
Mira este jardín ataviado (rawḍ muḥallà)
cual espléndida novia (al-‘arūs al-muŷallà).
El salón de la monarquía un lugar
se ha ganado más allá de las estrellas.
Elevada he sido cual arco celeste
que magníficamente derrama suerte.
Luzco bella apariencia
y en mí los jarrones resplandecen.
Gloria soy del imán Ibn Naṣr
a quien lo nuevo nunca se le envejece.
Ibn Zamrak
Jardín yo soy que la belleza adorna;
Sabrá mi ser si mi hermosura miras.
Obra sublime, la Fortuna quiere
que a todo monumento sobrepase.
¡Cuánto recreo aquí para los ojos!
Ibn al Jatib
tr. Emilio García Gómez
Comienza del poema en la Sala de Dos Hermanas
Proximamente iremos incorporando nuevo contenido sobre la historia de al-andalus, Granada y La Alhambra.